Comentario
Que trata de cómo el gobernador llegó con su armada ala isla de Santa Catalina, que es en el Brasil, y desembarcó allí con su armada
Llegado que hobo el gobernador con su armada a la isla de Santa Catalina, mandó desembarcar toda la gente que consigo llevaba, y veintiséis caballos que escaparon de la mar, de los cuarenta y seis que en España embarcó, para que en tierra se reformasen de los trabajos que habían rescebido con la larga navegación, y para tomar lengua e informarse de los indios naturales de aquella tierra, porque por ventura acaso podrían sober del estado en que estaba la gente española que iban a socorrer, que residía en la provincia del Río de la Plata; y dio a entender a los indios cómo iba por mandado de Su Majestad a hacer el socorro, y tomó posesión de ella en nombre y por Su Majestad, y asimismo del puerto que se dice de La Cananea, que está en la costa del Brasil, en 25 grados, poco más o menos. Está este puerto cincuenta leguas de la isla de Santa Catalina; y en todo el tiempo que el gobernador estuvo en la isla, a los indios naturales de ella y de otras partes de la costa del Brasil (vasallos de Su Majestad) les hizo muy buenos tratamientos; de estos indios tuvo aviso cómo catorce leguas de la isla, donde dicen el Biaza, estaban dos frailes franciscos, llamados el uno fray Bernaldo de Armenta, natural de Córdoba, y el otro fray Alonso Lebrón, natural de la Gran Canaria; y dende a pocos días estos frailes se vinieron donde el gobernador y su gente estaban muy escandalizados y atemorizados de los indios de la tierra, que los querían matar, a causa de haberles quemado ciertas casas de indios, y por razón de ellos habían muerto a dos cristianos que en aquella tierra vivían; y bien informado el gobernador del caso, procuró sosegar y pacificar los indios, y recogió los frailes, y puso paz entre ellos, y les encargó a los frailes tuvieron cargo de doctrinar los indios de aquella tierra e isla.